Hasta hubo un poderoso llamado que fue clave… Las razones detrás del derrumbe de la Superliga

El bullado torneo no verá la luz, al menos por ahora. Igualmente su líder, Florentino Pérez, asegura que el proyecto «no está muerto».

MADRID – Menos de 48 horas duró en el aire la Superliga. Lo que parecía como un torneo atractivo, terminó derrumbado rápidamente. La salida de 9 de sus 12 fundadores dejó al certamen al borde del abismo.

Si bien su máximo líder, Florentino Perez, insiste que el bullado campeonato «no está muerto», hoy la palabra que lo resume es sólo una: Fracaso.

¿Y por qué la Superliga cayó tan drásticamente? ¿Qué pasó? Hay razones que lo explican…

Es verdad que las amenazas de expulsión que vivieron de la FIFA y la UEFA causaron ruido, pero los fundadores del proyecto estaban asesorados y sabían que legalmente era casi imposible que los sacaran de las competiciones. Por eso los motivos van más allá.

El rechazo al polémico torneo fue transversal. No sólo nació del mundo del fútbol, también de esferas aún más altas: Los gobiernos. La oposición más fuerte vino del Reino Unido.

«Haré todo lo que pueda para que la Superliga no salga adelante», fue la clara advertencia del primer ministro británico, Boris Johnson, apenas el certamen fue anunciado.

El líder político encabezó el rechazo, incluso, se hablaba de un llamado trascendental que terminó con los 6 clubes de la Premier restándose de la Superliga.

«Boris Johnson se mojó en defensa de su fútbol y descolgó el teléfono. Consciente de que legalmente no podía hacer nada para frenar la competición, el primer ministro advirtió a los equipos rebeldes de la posibilidad, a través del Brexit, de endurecer la normativa para poder fichar jugadores extranjeros», relataron medios europeos. No fue lo único.

También aseguran que Johnson amenazó con modificar por ley la estructura societaria de los clubes, dando ingreso a los aficionados, como ocurre en Alemania, donde la mitad más una de las acciones de los equipos deben pertenecer a los hinchas.

Hasta el príncipe William salió al frente en su papel de presidente de la Federación Inglesa de Fútbol. «Comparto la preocupación de los aficionados ante la propuesta de la Superliga, ante el riesgo que conlleva de dañar este juego que tanto amamos», escribió en Twitter.

Sin duda que todos estos movimientos pesaron en la salida de la mitad de los integrantes del bullado proyecto. Sin Manchester City, Manchester United, Liverpool, Chelsea, Arsenal y Tottenham, el torneo ya se comenzaba a caer.

Pero hubo otra razón igual de poderosa: Los hinchas. Las manifestaciones de los fanáticos fueron sorpresivas y en algunas partes radicales. No querían la Superliga bajo ningún motivo.

Las protestas causaron ruido en todas partes, cada vez fueron más masivas y el rechazo iba en aumento. Los equipos involucrados venían como sus fieles seguidores se agolpaban para decir «no» al futuro evento.

Tener en contra a los hinchas sería clave. Para el marketing los aficionados son un valor relevante. Sin el apoyo de ellos, el negocio no tendría los resultados esperados y los ingresos económicos se verían totalmente golpeados. Varios potenciales auspiciadores miraron con recelo toda esta situación.

Y a todo esto se sumó el rechazo de los protagonistas. Jugadores y entrenadores expresaron su negativa, incluso los que dirigen a equipos que estaban en la lista de fundadores como Pep Guardiola.

«Un deporte no es deporte cuando no existe relación entre el esfuerzo y la recompensa; cuando solo se garantiza el éxito a unos pocos, a los que no les importa perder», lanzó el DT del City.

Otros como Marcelo Bielsa y Manuel Pellegrini también dieron un «no» rotundo a lo que venía.

«Los más poderosos lo son por lo que producen y por lo que convocan. Pero el resto son indispensables y lo que le da salud a la competencia es la posibilidad del desarrollo de los débiles y no el exceso del crecimiento de los fuertes. La lógica que impera en el mundo, y el fútbol no está fuera de eso, es que los ricos sean más ricos a costa de que los débiles sean más pobres», manifestó el técnico del Leeds.