El alto costo que pagó Musk por la aventura política con Trump: Deterioro de su imagen y Tesla a pique

El empresario dejó esta semana su cargo en la Casa Blanca que tenía el objetivo de reducir el gasto público.
WASHINGTON – Hace menos de un año la imagen de Elon Musk estaba fuertemente ligada a los autos eléctricos, la red social X y la exploración espacial. Pero esa representación dio un giro drástico con la campaña presidencial y el posterior inicio del gobierno de Donald Trump.
El magnate comenzó a aparecer usualmente sobre escenarios con una motosierra -emulando al mandatario argentino, Javier Milei-, prometiendo contribuir con fuerza al recorte del gasto público.
La Casa Blanca lo puso al mando del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), donde Musk dio que hablar. Despidió a alrededor de 121.000 empleados, desmanteló varias agencias federales y suspendió programas de ayuda internacional. Lo ahorrado, según medios como The Washington Post, llegaría a cerca de US$9.300 millones.
Ayer, el magnate de origen sudafricano anunció que deja el cargo, luego de criticar la mayor prioridad legislativa de Trump, el «One Big Beautiful Bill». Musk planteó sentirse decepcionado al ver «el norme proyecto de ley de gastos, que aumenta el déficit presupuestario» y que «socava el trabajo que está realizando el equipo de DOGE».
«Al finalizar mi mandato como Empleado Especial del Gobierno, quiero agradecer al presidente Donald Trump por la oportunidad de reducir el gasto innecesario», dijo el miércoles el dueño de Sapce X. De todos modos, la condición del magnate como funcionario gubernamental temporal debía concluir a más tardar el 30 de mayo.
Cabe destacar que no es el primer desacuerdo de Musk con la administración norteamericana. En abril ya había deslizado críticas por la guerra arancelaria que EE.UU. lanzó contra sus socios comerciales.
Los costos para Tesla
El rol del multimillonario en el gobierno de Trump le trajo consecuencias insospechadas. La analista Clara Inés Pardo dijo a Bloomberg que «la implicación política de Musk afectó la percepción pública de Tesla y SpaceX, con investigaciones y demandas que dañaron su reputación y la de sus empresas, lo cual genera pérdidas en su patrimonio».
esla se vio visiblemente golpeada. En el primer trimestre, la venta de vehículos cayó a su nivel más bajo en casi tres años, constató Bloomberg. De enero a marzo, de hecho, los beneficios netos de la firma se desplomaron un 71%, hasta los US$409 millones. Los autos, además, fueron vandalizados en distintas partes del país, como rechazo a la figura de Musk. Verlos en llamas se hizo usual.
Además, Tesla entregó 336.681 vehículos a nivel mundial durante el trimestre, una disminución del 13% en comparación con el mismo período del año anterior, cediendo demasiado terreno a su principal competidor: los autos eléctricos de la china BYD.
En Europa su declive se noto más que en ninguna otra parte: en abril, de hecho, las ventas de la firma cayeron 52,6% y por primera vez BYD superó a Tesla en cuanto a ventas en ese continente.
Al rescate de Sapce X
Sapce X, por su parte, ha sufrido reveses que para Musk son aún más dolorosos. El martes, en una prueba clave para la empresa, el cohete Star Ship falló por tercera vez consecutiva y quedó consumido por una explosión.
«Starship consiguió llegar a la separación programada del motor de la nave, así que es una gran mejora respecto al último vuelo», dijo de todos modos Musk en X. «Como si el vuelo no fuera lo suficientemente excitante, el Starship ha experimentado un rápido desmontaje imprevisto», comunicó por su parte la empresa.
El cohete Starship es fundamental para el plan más ambicioso de Musk: enviar carga y humanos a marte, y luego traerlos de vuelta. Según él mismo ha dicho, un Starship llegará al planeta rojo con robots de Tesla en 2026. Hay quienes -con la salida de Musk del Gobierno- vuelven a ver estas metas como posibles.
La valoración más reciente de SpaceX, se sitúa en aproximadamente en US$350.000 millones. La cifra se alcanzó tras una venta secundaria de acciones en diciembre de 2024, en la que empleados e inversores internos vendieron participaciones a un precio de 185 dólares por acción.
Presión de inversiones y pérdidas de oportunidades
Musk también perdió una serie de oportunidades en su acercamiento al gobierno de Donald Trump. Por ejemplo, fue excluido de un lucrativo acuerdo de inteligencia artificial con los Emiratos Árabes Unidos, que benefició a su rival Sam Altman de OpenAI.
Grupos de accionistas de Tesla le han exigido, también, cierta cantidad de horas mínimas dedicadas a Tesla. Esto, tras la preocupación que surgió por la fuerte caída de las acciones.
Una encuesta de Morgan Stanley, de hecho, reveló que el 85% de los entrevistados «piensa que las actividades políticas de Musk están teniendo un impacto negativo o extremadamente negativo en el negocio de Tesla».
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