Bolsonaro cumple su primer año como presidente: Las polémicas y hechos que han marcado sus días en el poder

El Mandatario brasileño no ha tenido un año exento de altercados y esto se ha visto reflejado en las encuestas, donde actualmente cuenta con una aprobación del 29%, muy lejos del 49% con el que llegó al Palacio de la Alvorada.

BRASILIA – Hace exactamente 365 días atrás el Presidente Jair Bolsonaro asumió el poder en Brasil tras ser electo en octubre de 2018 con el 55,13% de las preferencias frente al candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad.

Tras la llegada de Bolsonaro el 1 de enero de 2019, el compromiso del Mandatario fue llevar a cabo cambios profundos y rápidos en el país que estaba en medio de una crisis económica, con cifras de violencia con iban en aumento y con escándalos corrupción presentes en todos los poderes del Estado.

Pero las promesas hechas por el Presidente, que asumió el poder con un 49% de aprobación según las encuestas, se vieron mermadas por la falta de articulación política en el Congreso brasileño, la investigación por irregularidades en el financiamiento del Partido Social Liberal (PSL) –partido con el que fue electo- y los constantes enfrentamientos con líderes y autoridades extranjeras, situación que se vio reflejada en su pérdida de popularidad.

«Fue un año de desgaste. Llegó con un discurso de romper con la política tradicional, pero vimos algo parecido a lo habitual», expresó Mauricio Santoro, politólogo y profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, a El País de Uruguay.

Cambio climático

Durante 2019 Brasil fue fuertemente criticado por otras naciones por el aparente desinterés del Gobierno en cumplir sus compromisos medioambientales. Ejemplo claro de ello fue su retiro del Acuerdo de París, siguiendo la línea de Estados Unidos.

Este discurso, aseguran, potenció la crisis que se vive en la región del Amazonas. Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil, una agencia estatal, se reportó un incremento de dos dígitos en la deforestación de la zona en el último cuatrimestre de 2018.

Tras esto, Alemania decidió congelar la entrega de 35 millones de euros destinados para un proyecto de sustentabilidad en los bosques brasileños, luego Noruega suspendió su participación en el Fondo del Amazonas quitando 33 millones de dólares al monto que Brasil iba a percibir.

Tras estas decisiones, Bolsonaro sostuvo que Brasil no necesita de ayuda extranjera y emplazó a Noruega a que «tomaran su dinero» e intentaran ayudar a la canciller Angela Merkel para «reforestar Alemania». Dichos que provocaron el rechazo generalizado de los gobernadores estatales de áreas donde está el Amazonas, subrayando la importancia de los aportes extranjeros para la región.

Enfrentamientos con Macron

En esa línea, una de las polémicas más grandes de Bolsonaro este 2019 fue la que protagonizó con su par francés, Emmanuel Macron. Durante la cumbre del G7, en el balneario francés de Biarritz, el Presidente brasileño fue objeto de las críticas del líder europeo, luego de que se negara a admitir la existencia de una crisis climática en el Amazonas e insistió en su impulso a la deforestación.

«Si hemos destruido tanta selva como dicen en los últimos diez años no tendríamos más Amazonía y no es verdad», dijo, y atacó a las potencias europeas: «Nosotros preservamos más que nadie en el mundo. Ningún país nos puede venir a dar lecciones al respecto», recalcó.

Tras esto, el líder galo replicó: «El Presidente de la República constata que el Presidente Bolsonaro le mintió en la cumbre (del G20) de Osaka», aseveró el Gobierno de Macron en un comunicado. «El Presidente Bolsonaro decidió no respetar sus compromisos climáticos (…) En esas condiciones, Francia se opone al acuerdo Mercosur en el estado actual», sentenció, aludiendo al pacto económico sostenido entre el bloque sudamericano y la Unión Europea.

El enfrentamiento continuó cuando los voraces incendios que afectaron a la Amazonía continuaron aumentando y fueron noticia en todo el mundo, mientras arrasaba con los cientos de hectáreas de bosques nativos. En medio de la cumbre del G7, Macron consignó a través de su cuenta de Twitter: «Nuestra casa arde. Literalmente. (…) Es una crisis internacional».

A lo que Bolsonaro contratacó: «No podemos dejar que un Presidente Macron dispare ataques fuera de lugar y gratuitos contra la Amazonía, ni que disfrace sus intenciones detrás de la idea de una ‘alianza’ de los países del G7 para ‘salvarla’ como si fuésemos una colonia o una tierra de nadie».

Entremedio del conflicto entre ambos mandatarios, un seguidor de Bolsonaro brasileño publicó en Facebook fotografías de ambos presidentes junto a sus esposas y la frase: «¿Ahora entienden por qué Macron ataca a Bolsonaro?», aludiendo a las dos mujeres.

«No humilles al hombre. Ja, ja, ja», respondió el propio Mandatario brasileño, quien de inmediato se transformó en blanco de críticas en redes sociales, donde el uso de la etiqueta #calabocabolsonaro (#cállatebolsonaro) se hizo viral.

«Es triste, es triste primero por él y por los brasileños (…) Las mujeres brasileñas probablemente se sienten avergonzadas de su presidente», declaró Macron luego de la burla de la autoridad brasileña. «Como tengo mucha estima y respeto por el pueblo de Brasil, espero que muy pronto tengan un Presidente que esté a la altura del cargo», enfatizó.

Arremetida contra Bachelet

La pelea con Macron no fue la única polémica en la que estuvo envuelto Bolsonaro. En septiembre pasado el Presidente brasileño arremetió contra la Alta Comisionada para los DD.HH. de la ONU, Michelle Bachelet, tras publicarse un análisis que ella hizo donde señalaba que había «una reducción del espacio democrático» en el país sudamericano.

«Señora Michelle Bachelet: Si no fuera por el personal de (Augusto) Pinochet, que derrotó a la izquierda en 1973, entre ellos a su padre, hoy Chile sería una Cuba», arremetió Bolsonaro en respuesta a declaraciones de la ex Presidenta de Chile.

Además, Bolsonaro agregó que Bachelet estaba «siguiendo la línea» del Presidente de Francia, ya que se estaba «entrometiendo» en asuntos de soberanía nacional, «ataca a Brasil en la agenda de los derechos humanos (de bandidos), atacando a nuestra valientes policías civiles y militares».

Los dichos del Mandatario brasileño generaron una amplia crítica tanto en Brasil como en el resto del planeta, tanto así que el actual presidente de Chile, Sebastián Piñera -quien ofició de mediador en la polémica entre Bolsonaro y Macron- cuestionó las declaraciones.

Investigación por corrupción a su hijo

Las denuncias que involucran a su hijo Flavio y al PSL – partido que Bolsonaro abandonó en noviembre- por supuestos desvíos de fondos públicos electorales, también han dañado la imagen del Mandatario.

Esto, debido a que, según el Ministerio Público brasileño, existen indicios de una supuesta «organización criminal» en el ex gabinete del hijo mayor del Presidente, cuando era diputado de Río de Janeiro. Supuestamente Flavio y sus asesores habrían cometido crímenes de lavado de dinero y asociación ilícita.

Bajada en su aprobación, pero un mayor crecimiento económico

Según una encuesta publicada por la consultora Ibope el 20 de diciembre pasado, solo el 29% de los brasileños considera que la gestión del Gobierno de Bolsonaro es buena, mientras que el 38% la considera pésima.

El 29% de apoyo refleja una popularidad muy por debajo de la de sus antecesores Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff en su primer año de gestión.

Cuando el Presidente ascendió al poder en enero de 2019, según el mismo sondeo, la aprobación al Mandatario llegaba a un 49%.

Pero, por otra parte, la área que más se destaca en su gestión es la economía. «El gran logro de Bolsonaro está en la economía. Revirtió el pesimismo que dominaba hasta el fin de 2018», señaló Gilberto Braga, analista económico y profesor del Instituto Brasileño de Mercado de Capitales (Ibmec) a El País de Uruguay.

La aprobación de la reforma de las jubilaciones del Gobierno permitirá un ahorro de 200.000 millones de dólares para la próxima década, estiman desde el Ejecutivo.

Tras una larga recesión, Brasil crecerá en 2019 entre 1% y 1,2%. Y, aunque todavía 11,9 millones de personas se mantienen desempleadas, la desocupación ha ido bajando.

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