Epstein complica al MIT: Los vínculos financieros que la prestigiosa universidad de Massachusetts pretendía ocultar

Joichi Ito, director del Media Lab, renunció tras revelarse que recibió donaciones del fallecido magnate aún después de que éste fuera condenado por abuso sexual a menores, y que maniobró para mantenerlas en secreto.

CAMBRIDGE – Joichi Ito, el director de del prestigioso un centro de investigación Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés), dimitió después de que saliesen a la luz sus lazos financieros con el fallecido magnate Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores.

La decisión del principal responsable del laboratorio de la Escuela de Arquitectura y Planificación en dicha universidad, fundado en 1985, llegó horas después de que la revista The New Yorker desvelase que Media Lab y Epstein tuvieron un vínculo de recaudación de fondos más estrecho de lo que se había reconocido previamente y que el laboratorio trató de ocultar la magnitud de su relación.

Las donaciones de «Voldemort»

Epstein vivió los últimos años de su vida rodeado de lujos, tras formar un imperio con su firma financiera y multiplicar sus contactos con personalidades de todos los ámbitos. En 2008, fue acusado de abusar sexualmente de varias adolescentes, pero tras un acuerdo con la Fiscalía del Sur de Florida solo fue condenado a 13 meses de cárcel.

Este año, el magnate fue arrestado de nuevo y acusado de tráfico sexual de menores. Ingresó a prisión preventiva en una cárcel de Nueva York, donde se suicidó el pasado 10 de agosto. Sin embargo, su caso continúa salpicando a diversos actores.

El magnate Jeffrey Epstein durante su juicio.

Uno de ellos fue el prestigioso instituto, que ya había reconocido la recepción de dinero por parte de Epstein a lo largo de los años. Rafael Reif, presidente del MIT, dijo el mes pasado que la universidad aceptó unos 800.000 dólares del empresario en más de dos décadas y añadió que el centro investigaría el asunto.

«Reconocemos con vergüenza y angustia que permitimos que el MIT contribuyera a la elevación de su reputación, que a su vez ayudó a distraer de sus horripilantes acciones. Ninguna disculpa puede deshacer eso», afirmó Reif en un comunicado, comprometiéndose a entregar los cuestionados fondos a una organización de ayuda para víctimas de abuso sexual.

Por su parte, Ito admitió, esta semana, que había aceptado una donación de 525.000 dólares para el Media Lab y una suma de 1,2 millones para su fondo de inversión. Tras los anuncios, dos prominentes investigadores de Media Lab renunciaron.

Sin embargo, The New Yorker reveló en un artículo el viernes que Epstein dio más dinero y canalizó al menos 7,5 millones de dólares de recursos para el centro. Correos electrónicos a los que tuvo acceso la revista muestran que los responsables del Media Lab dieron órdenes de que sus donaciones figurasen como anónimas en los registros y de que su nombre no apareciese vinculado a los regalos que millonarios hicieron a petición suya.

Entre los donantes más reconocidos está el fundador de Microsoft, Bill Gates, quien habría entregado 2 millones de dólares para que el financista lo entregara al centro universitario, y Leon Black, fundador de Apollo Global Management, una de las firmas de capital privado más grandes del mundo, quien habría dado otros 5,5 millones.

El esfuerzo por ocultar la identidad de Epstein llegaba a tal punto que Ito, quien normalmente incluía los nombres completos de los participantes en sus reuniones, solo anotaba las iniciales de Epstein en su calendario personal. Además, según funcionarios del laboratorio, se referían al financista como «Voldemort, el que no debe ser nombrado», en alusión al villano de la saga Harry Potter.

Profesores y personal describieron este patrón de conducta en conversación con la revista estadounidense. Signe Swenson, antigua asociada de desarrollo y coordinadora de ex alumnos del laboratorio, aseguró que su renuncia en 2016 se debió, en parte, a la incomodidad que le generaba el vínculo del centro con Epstein y que la orden fuera mantenerla en secreto.

«Sabía que era un pedófilo y lo señalé», dijo recordando una conversación en 2014 con el entonces director de Desarrollo y Estrategia, Peter Cohen, quien fue indicado por The New Yorker como uno de los principales involucrados en la trama que complica al MIT.

La renuncia

«Tras pensarlo detenidamente durante los pasados días y semanas, creo que lo mejor es que dimita como el director del Media Lab y como profesor y empleado del instituto con efecto inmediato», aseveró Ito en una carta enviada el sábado al rector de la universidad, Martin Schmidt.

«Si bien este capítulo es realmente difícil, estoy seguro de que el laboratorio perseverará», escribió en la misiva, que también envió a The New York Times.

Por su parte, a solo horas de la revelación de la revista, un portavoz de Bill Gates descartó cualquier relación comercial con el fallecido financista. «Epstein fue presentado a Bill Gates como alguien que estaba interesado en ayudar a aumentar la filantropía. Aunque Epstein persiguió agresivamente a Bill Gates, cualquier relato de una asociación comercial o relación personal entre los dos simplemente no es cierto», consignó el documento.

«Cualquier afirmación de que Epstein dirigió cualquier donación programática o personal para Bill Gates es completamente falsa», aseveró.

En tanto, el abogado de Swenson le dijo a The New Yorker el sábado que «Jeffrey Epstein muestra que, con suficiente dinero, un delincuente sexual condenado puede abrir las puertas del más alto nivel de filantropía».

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