El Toyota C-HR Nightshade Edition, 2021

Por Rodrigo Aguilar

El Latino de Hoy News

Si espera un Toyota C-HR con tracción total, lo siento, el fabricante de automóviles japonés todavía no tiene planes para eso. Sin embargo, el modelo 2021 aporta algo más a la mesa para complacer a aquellos que desean un toque extra.

Al igual que muchos otros modelos de Toyota, el C-HR agrega una edición Nightshade disponible en un número limitado de unidades y desde $24,245. 

Ahora si usted esperaba un Toyota C-HR con tracción total, lo siento, el fabricante de automóviles japonés todavía no tiene planes para eso. Sin embargo, el modelo 2021 aporta algo más a la mesa para complacer a aquellos que desean un toque extra.

El Toyota C-HR Nightshade tiene un diseño atráctivo. Echa un vistazo a la silueta y a la manera en que el techo se desvanece en el medallón, que además es pequeño. La cintura está muy bien marcada por líneas de estilo y el poste C da continuidad a la zona acristalada del vehículo. Ahí, por cierto, se esconden las manijas de las puertas traseras.

Las llantas de aleación de 18 pulgadas, las manijas de las puertas, las carcasas de los retrovisores y las insignias exteriores están acabados en negro. Un spoiler negro y asientos de tela negra también son parte de la mezcla. Para un efecto máximo, opte por un Black Sand Pearl (las otras opciones de color con este modelo son Blizzard Pearl, Supersonic Red y Magnetic Grey).

Los faros LED son de diseño afilado y estilo muy japonés. 

Quizá la parte más interesante del C-HR se esconde en la parte trasera. Y digo «esconde» sólo por decir, porque las proporciones de sus distintos elementos son bastante vistosas. Hay un enorme alerón encima del medallón y un saliente en la zona media del portón trasero. Las calaveras tienen forma de cuña, hay salidas de aire simuladas y un gran difusor de plástico sin pintar, muy bueno para disimular arañazos por descuidos al estacionarse.

Interior

Aunque el espacio interior no es malo —de hecho hay buen lugar para piernas—, la sensación de amplitud se ve limitada por el tamaño de las ventanas traseras. La caída del medallón al estilo de un coupé también repercute al limitar el espacio para cabeza; los pasajeros más altos irán rozando el techo. Se agradece que el piso sea plano, sin embargo, la posición del descansabrazos delantero interfiere con el espacio para rodillas de la plaza central trasera.

El volumen de la cajuela refleja el enfoque urbano y juvenil del C-HR. Pensado como un SUV familiar o para salir de viaje se queda muy corto con un volumen de carga de apenas 297 litros. La boca de la cajuela no es muy ancha y el acceso es elevado, lo que puede dificultar cargar objetos pesados. Al cerrar, el medallón tampoco se llevará del todo bien con piezas altas. Llama la atención que al abatir los asientos traseros, el piso de la cajuela quede más elevado que la base de los sillones.

El concepto extrovertido del exterior se refleja en la cabina. Para demostrarlo está el diseño asimétrico del tablero, con una línea que fluye de puerta a puerta y pasa por encima de la pantalla táctil. Sus formas minimalistas no influyen en la ergonomía, aunque sí que es verdad que se agradecerían espacios adicionales para guardar objetos.

Nos gustó la calidad de los acabados. Los plásticos de la parte superior del tablero son de tacto agradable, mientras que los laqueados no se perciben económicos. Hay ciertos elementos «de diseño», como un relieve de rombos en el techo o una trama muy particular para los paneles de las puertas; su acabado simula diamantes y, aunque resulta atractivo a la vista, el plástico es duro y de sensación económica. En su defensa, los reposabrazos están forrados en piel y la superficie es acolchada.

El SUV más pequeño de Toyota es de los pocos en su categoría que ofrecen climatizador automático de doble zona —lo común en el segmento es de una zona— y sensor de lluvia. A la lista se suman freno de estacionamiento eléctrico con función auto hold, sensor de luz, infotenimiento con pantalla táctil de 7 pulgadas, controles de audio al volante, siete airbags y control electrónico de estabilidad.

El equipo estándar en el Toyota C-HR Nightshade 2021 incluye ruedas de acero de 18 pulgadas, entrada sin llave, faros LED, control de clima automático de doble zona, una pantalla de audio de ocho pulgadas con compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, así como el conjunto de funciones avanzadas de asistencia al conductor Toyota Safety Sense 2.0.

El XLE Premium de nivel medio agrega rines de aleación de 18 pulgadas, un sistema de llave inteligente con botón de arranque, asientos delanteros con calefacción, volante con calefacción, un monitor de punto ciego y alerta de tráfico cruzado trasero.

Finalmente, el C-HR Limited se destaca con faros LED premium con un sistema de iluminación delantera adaptable, rines deportivos exclusivos de 18 pulgadas, revestimiento de asientos de cuero, asiento del conductor ajustable eléctricamente en ocho direcciones, iluminación ambiental y Safety Connect con un prueba de un año.

Conducción

Al volante, el C-HR Nightshade sorprende por el refinamiento de su marcha. Parece que los años en que la austeridad de Toyota se reflejaba en el volante han quedado atrás. Hay buen aislamiento acústico y son pocas las vibraciones que se cuelan en la cabina. El chasís, además, demuestra un buen trabajo para conseguir un manejo confortable sin llegar a sentirse excesivamente blando ni torpe.

Su conducción no es deportiva como podría sugerirlo su apariencia, sin embargo, los amortiguadores absorben bien las irregularidades en las calles. Los viajes en la banca trasera resultan particularmente cómodos gracias a un esquema de suspensión trasera independiente —de los pocos en su categoría— con lo que se consigue un comportamiento menos saltón y mayor sensación de control en curvas. Hay un body-roll notorio, pero se apoya correctamente.

Motor

Como corazón, el Toyota CH-R Nightshade utiliza un motor atmosférico de 2.0 litros, capaz de generar 144 hp y 142 lb-pie. Sus cifras podrían parecer apenas suficientes para desplazar su masa, sin embargo, el equilibrio de manejo es bastante bueno. Los más entusiastas sí echarán de menos un propulsor más potente, pero en el día a día hay suficiente poder.

La transmisión CVT prioriza el rendimiento de combustible y la comodidad. Sorprende el refinamiento en la suavidad de los cambios y el funcionamiento en general; no es una transmisión torpe ni lenta, aunque dista de ser rápida o favorecer una conducción ágil. En ciudad, el promedio que marcó la computadora fue de 27 mpg y 31 mpg en la carretera.

Conclusión

El Toyota C-HR Nightshade es un SUV interesante. En entornos urbanos se mueve como pez en el agua, es seguro, cómodo y llamativo. 

¿Será suficiente la Nightshade Edition para mantenerse al día con otros crossovers pequeños en el mercado? Ya veremos. En este momento, la fuerte competencia está con el Mazda CX-3, el Nissan Kicks y el Kia Soul.

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